Ángeles Durini

Me llamo Ángeles Durini y nací el 4 de febrero de 1957. La que me dio ganas de escribir fue mi abuela, que me contaba muchos cuentos. El primer cuento que escribí se llama “La flor fea” y lo hice, con ilustraciones y todo, apenas aprendí las letras. El primer cuento que publiqué se llama “Del otro lado”. Después escribí otros: “Mientras el lobo”, “Frasco gitano”, “Sopa de gallina”, “Abuela de trapo”, “Levemente hacia atrás”, el libro de cuentos Amor sin fin, y algunos más, y las novelas ¿Quién le tiene miedo a Demetrio Latov?, ¿Qué esconde Demetrio Latov?, De la Tierra a Kongurt y algunas más que no leyó casi nadie porque todavía no salieron en libro. El teatro me gusta mucho y escribí Los cinco caramelos, y mi hermana, que es muy buena, la representó en varios lugares de Buenos Aires con el grupo Vandor Munka, (yo hacía de utilera). Y un buen día, el maestro Juan José Guilliani le puso música y la representó por su cuenta, sin mi hermana, y le salió muy bien también. Estudié el Profesorado de Letras con orientación en Literatura Infantil en el Instituto Summa y asistí durante muchísimos años al taller literario de Susana Cazenave, mi gran maestra, de donde salió el grupo Periplos, con el que hicimos una publicación artesanal para chicos y escribimos una novela breve entre seis mujeres que se llama “El enigma de los rastros” y que se puede leer en el libro Patagonia, tres viajes al misterio.